viernes, 21 de septiembre de 2012


El imperio de las calificaciones en la educación formal


Desde pequeños tenemos una visión de la educación muy ligada a la calificación, fácil saberlo si recordamos cuando alguna vez  jugamos al profesor y el acto que claramente distinguía en esta actividad era la de poner notas. Y la confusión entre evaluación y calificación, no deja de estar latente, pero no nos centraremos en ello, si no de la importancia que la sociedad y la educación le designan al término de “calificar”.

Frente al ámbito de aprendizaje, es inevitable que tanto un padre como un alumno quiera saber cómo van sus notas, o que un profesor necesite conocer el progreso de su curso, también el sistema educacional solicita esta información. Y es aquí donde la calificación nos ayuda a responder. Las calificaciones son un componente de juicio importante en cuanto a la conciencia que se espera tener del  progreso del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Aun así para mí, el tema de las calificaciones, de cierta forma ha ido tergiversado el real significado de aprender y no se limita solo a lo que representa. Hoy las calificaciones para la mayoría de las personas, tienen mayor o igual importancia que el hecho de adquirir conocimientos, el estudiar ya no es para aprender sino que principalmente para rendir bien en una prueba, o el esforzarse en hacer un trabajo ciertamente va de la mano porque aquel será calificado. No indicando precisamente nuestra inteligencia o educación.

Esto se debe a que en determinadas situaciones son de las calificaciones de las que dependemos para aprobar o no un curso, ya que están pasan a representar por medio de resultados numéricos, la efectividad de nuestro trabajo. También, para en el alumno, su familia y la sociedad, las calificaciones tienen importantes consecuencias psicológicas y sociales, ya que, de la mano de estas van la autoestima del alumno, las decisiones de los padres sobre sus hijos, el optar por estudios futuros, etc. Entonces la calificación ya no solo expresa resultados académicos, ni tampoco queda determinada solo al ámbito de las prácticas de evaluación del profesor, sino que trascienden en la vida de las personas.

Valorar de esta manera la calificación, me hace pensar entonces, que al momento de educar debemos buscar un enfoque integrador, donde se tome conciencia de la importancia de la calificación, sabiendo ya, que esta es mucho más amplia y compleja que poner notas, pero aun así situándola en el lugar que le corresponde sin minimizarla ni desvincularla, la calificación es un componente esencial en la educación, pero no es lo primordial. Preocuparnos mayormente del primer y real significado del aprender y educarse, es lo principal que debemos hacer.

Para esto entonces ,debemos tener presente que cada persona es única, y que posee capacidades propias, creándose así, la necesidad de incitar a los alumnos a que las aprovechen, haciéndoles ver que es por su propio bien, que con ello serán mejores personas, seres integrales; pero nunca poniendo acento a los resultados académicos. La educación permanece durante toda la vida, eduquemos entonces para ello.

1 comentario:

  1. De acuerdo a lo pedido por el profesor, tu blog cumple con lo pedido, respecto a la puntuación, redacción, los caracteres, un buen formato (el cual considero interesante al instalar la hora dentro de él), entre otros....
    ademas escogiste un tema bastante interesante y concuerdo con tu punto de vista, las calificaciones hoy en día se han tergiversado mucho y ya no representan el aprendizaje de los niños/as.
    hay una frase dentro del texto la cual tiene una difícil comprensión, te aconsejaría que la revisaras, la frase es la siguiente:
    "También, para en el alumno, su familia y la sociedad, las calificaciones tienen importantes consecuencias psicológicas y sociales,"

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